Cómo no me voy a acordar, eres el único que me ha visitado en todo el año

En el colegio tienen la costumbre de llevar anualmente a los alumnos a una residencia de ancianos, allí hace un rato de compañía a los residentes, ayudan a dar de comer a los que lo necesiten, dependiendo de la época cantan algunas canciones (villancicos) o recitan poesías.

Carlos, que está en 6º EP era el segundo año que iba, se acercó a una señora, la saludó y le preguntó cómo se encontraba. Se inicia el siguiente diálogo:

- Buenos días señora. ¿Cómo está hoy?
- Buenos días Carlos, pues la verdad es que muy bien, y muy contenta de verte.

- ¿Cómo sabe que me llamo Carlos?
- Viniste el año pasado.

- Ya, pero ha pasado un año, ¿cómo se acuerda?
- Por dos razones, la primera es que eres la única persona que ha venido a visitarme en todo el año, y la segunda, porque rezo por tí todos los días.

Tras esto, Carlos se pasó todo el día con esa señora, contándole cosas de su familia, del colegio, haciéndole preguntas, etc.

Después, con lágrimas en los ojos le contó al profesor lo que había pasado. Hizo el propósito de visitar a la señora con sus padres siempre que pudiera.

La entrega a los demás siempre nos hace felices. A lo más jóvenes hay que inculcárselo desde pequeños, enseñarles a cuidar de sus mayores, a mantener un conversación tranquila, a escuchar. Son tantas las personas que necesitan ser escuchadas, y tan pocas las que está dispuesta a escucharlas.

¿Has probado a visitar con tus hijos una residencia de ancianos de manera regular?


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