Crecer para adentro

Pablo, de nueve años,  tenía encima del pupitre las cosas de lengua; libro, libreta, estuche... además tenía el bocadillo para el recreo, al que poco a poco le iba dando "pellizcos" y se lo iba comiendo. Se inicia la siguiente conversación:

- Profesor: Pablo, ¿no crees que sobra algo en la mesa?

- Pablo: Pues no se profe, lo necesito todo.

- Profesor: Quizá sobra el bocadillo...

- Pablo: No profe, que tengo que crecer. Con el bocadillo crezco para fuera y con el libro para adentro.

Ojalá todos nos diéramos cuenta, como Pablo, de la importancia de crecer para adentro. No podemos ocuparnos solo del crecimiento exterior, hay que cultivar todos los días el crecimiento interior; primero un paso y después otro, con constancia, sin desfallecer.

Comentarios

  1. Enhorabuena por esas 10.000 visitas que es el prólogo a las 100.000 que pronto se alcanzarán.

    Manuel Zevrada

    ResponderEliminar

Publicar un comentario