Todos los niños están en la puerta de la clase esperando para entrar. El profesor abre la puerta y todos van pasando y ocupando sus sitios. Pero uno de ellos se queda fuera. El profesor sale y lo ve agarrado a la valla mirando al horizonte.
- ¿El qué?
Y el profesor no le dejó acabar, entró en clase y le dijo a los demás que salieran y que miraran las nubes, tenían que buscar que figuras formaban.
Las prisas nos hacen no pararnos a contemplar las maravillas que tenemos alrededor, menos mal, que siempre tenemos cerca los ojos de un niño para enseñarnos a volver a asombrarnos por lo que nos rodea.
- Venga que hay que entrar en clase, ¿qué haces ahí fuera?
- ¿Es que no lo ve?- ¿El qué?
- Las nubes, hoy están muy bonitas con la luz, aquella tiene forma de perro, y esa de allí de estrella, y...
Y el profesor no le dejó acabar, entró en clase y le dijo a los demás que salieran y que miraran las nubes, tenían que buscar que figuras formaban.
Las prisas nos hacen no pararnos a contemplar las maravillas que tenemos alrededor, menos mal, que siempre tenemos cerca los ojos de un niño para enseñarnos a volver a asombrarnos por lo que nos rodea.
No me cansaré de leer tus entradas y de felicitarte por ellas :-)
ResponderEliminar¿Podría (una vez más) llevarme esta a mi blog??
¡un saludo!!
Muchas gracias Sonia. Por supuesto que tienes todo el permiso del mundo para ponerlo en tu blog.
ResponderEliminarUn saludo,
Juan