Es como el azúcar en mi vaso de leche...



Empiezan a llegar las primeras colaboraciones al blog. Muchas gracias Marta por tu colaboración.

Un día la profesora preguntó a los niños quién sabía explicar quién era Dios.

Uno de los niños levantó la mano y dijo:

  •  Dios es nuestro Padre. Él hizo el cielo y la tierra, el mar y todo lo que está en ella. Nos hizo como hijos de Él.

La profesora buscando más respuestas fue más lejos:

  • ¿Cómo sabéis si Dios existe, si nunca lo habéis visto?

Todos quedaron el silencio. Pedro, un niño muy tímido levantó su mano y dijo:

  • Mi madre dice que Dios es como el azúcar en el vaso de leche que me hace todas las mañanas. Yo no veo el azúcar, pero si puedo sentir su sabor, y cuando falta, la leche no me gusta. Pues como con la leche, si Dios no estuviera, la vida no tendría sabor.

  • Muy bien Pedro, yo todos los días os estoy enseñando cosas, pero hoy tu me has enseñado algo a mí. Dios es nuestro azúcar, y está todo el día endulzándonos la vida.
 
 Es muy importante cuidar desde chicos la vida espiritual de los niños. Su relación con Dios debe fraguarse desde la más temprana edad, para así ir aprendiendo poco a poco. La creencia en Dios les da seguridad, les ayuda a entender muchas cosas que suceden en su vida, les da un punto de apoyo en el caso de que tengan malos momentos, les infunden unos valores cada vez más necesarios en la sociedad.
 

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