Hoy ha surgido un debate en clase, ¿qué fue antes el huevo o la gallina?, no es un debate nuevo, pero los niños de nueve años nunca se lo habían planteado antes.
Rápidamente se han montado dos bandos, los que
defendían que la gallina sale del huevo y que por tanto, el huevo era antes, y
los que defendían que el huevo sale de la gallina, así que la gallina estaba
primero.
Cada grupo tenía que exponer sus argumentos, no vale decir
esto es así porque si, había que defender una postura. Pedro, habla poco, es
más bien tímido y reservado, pero ha dado un argumento tan de peso, que ha
conseguido que toda la clase se adhiera a el.
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Está claro que primero fue la gallina, porque si
nace el pollito, ¿Quién lo va a cuidar?, tiene que tener a su mamá para que le
enseñe las cosas y le ayude.
Todos tenemos la necesidad de sentirnos queridos. Nada hay
más indefenso que un niño recién nacido, necesita que le enseñen todo, que le
ayuden en todo. Esa desprotección es precisamente lo que hace que se le quiera
más, que se esté más pendiente de él, que todo lo que está alrededor y antes
era importante, ahora pase a un segundo plano.
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