Hoy Javi no tenía buena cara. Habitualmente es un niño risueño y alegre, pero se nota que le pasaba algo. Cuando le pregunté cuál era el problema, me dijo:
Al rato, se levanta y me pregunta si puede llamar a casa. Le pregunto que qué le pasa, que si está malo o le ha pasado algo en el cole y me responde lo siguiente:
Al terminar la clase le acompañé a secretaría del colegio para que pueda llamar. La conversación fue más o menos así:
-....
Al colgar la sonrisa que tenía lo decía todo. Pedir perdón nos hace grandes, porque nos hace reconocernos como somos y sentirnos necesitados de los demás.
- Nada profe, estoy bien.
Al rato, se levanta y me pregunta si puede llamar a casa. Le pregunto que qué le pasa, que si está malo o le ha pasado algo en el cole y me responde lo siguiente:
- No profe, es que esta mañana me he portado mal con mamá en casa, antes de venir al cole y necesito pedirle perdón.
Al terminar la clase le acompañé a secretaría del colegio para que pueda llamar. La conversación fue más o menos así:
- Mamá, soy Javi. ¿Me perdonas? Te prometo que no lo volveré a hacer.
-....
- Gracias mamá. Te quiero mucho. Muak
Al colgar la sonrisa que tenía lo decía todo. Pedir perdón nos hace grandes, porque nos hace reconocernos como somos y sentirnos necesitados de los demás.
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