¿Para qué voy a aprender a atarme los zapatos? Mamá ya lo hace

Los de 1º de Primaria tenían partido de fútbol. Han empezado a cambiarse todos y de repente, veinte niños, con dos pies cada uno (lo que da un total de cuarenta pies) se acercan al profesor diciendo:

- Profe, ¿me puede atar las botas?

El profesor empieza a atarlas una a una. Cuando lleva la mitad le pregunta a uno de los niños:

- Y tu, ¿no eres ya mayor para saber atarte los zapatos? ¿cuándo vas a aprender a hacerlo solo?

- ¿Para qué? si mamá y usted me los atan.

En ese momento el profesor dejó de atar zapatos y dio algunas pequeñas explicaciones sobre cómo atarlos. A los cinco minutos todos se habían atado los zapatos solitos.

Muchas veces es más fácil hacer las cosas que enseñar a hacerlas. Nos empeñamos en tratar a los niños siempre como si fueran más chicos de lo que verdaderamente son. Cuando les damos pequeñas responsabilidades, les hacemos responsables. La madurez va acompañada de la mano de la responsabilidad.