Silencio en clase. Los niños están haciendo actividades.
Mientras el profesor está dando vueltas y mirando el trabajo de cada uno. Se da
cuenta de que uno de los chicos no coge bien el lápiz, está demasiado gastado y no es fácil agarrarlo.
- Álvaro, ve a la mesa del profesor y coge otro lápiz, que ese
está muy chico ya y te va a costar más hacer bien la letra.
- No profe, tengo que gastarlo del todo.
- ¿Para qué? Si ese ya está muy usado.
- Es que mi mamá quiere que le regale los lápices gastados.
- ¿Para qué quiere tu mamá los lápices gastados?
- Los mete todos en un bote.
- ¿En un bote? ¿para qué?
- Porque dice que si gasto los lápices significa que he
trabajo mucho y que además los cuido porque no los pierdo.
Además de enseñarle a trabajar bien, la mamá de Álvaro le ha
enseñado a terminar bien lo que empieza y a ser cuidadoso. Con pequeños gestos
podemos enseñar grandes cosas. Yo ya he buscado un bote para guardar también
los lápices gastados.
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