Los zapatos nuevos

Era la hora del recreo y todos estaban jugando. Bueno, todos no, había un niño sentado en la escalera. Por la forma en la que miraba a los que jugaban al fútbol, se veía que estaba deseando meterse en el campo y empezar a dar patadas al balón. Pero seguía sentado.

- ¿Por qué no estás jugando con los demás?

- Es que no puedo. Mi madre no me deja.

- ¿Tu madre te ha dicho que no juegues con tus amigos?

- No, mi madre quiere que juegue con mis amigos, es lo primero que me pregunta cuando llego a casa, que con quién he jugado. Pero es que me ha comprado los zapatos nuevos y me ha dicho que no se me ocurra jugar con ellos, que los rompo en una semana y que mi padre y ella no pueden comprar zapatos todas las semanas, que me tienen que durar seis meses como mínimo.

- ¿Y por qué no te pones las zapatillas de deporte?

- Como se me han olvidado en casa, pues hoy no juego, y así seguro que mañana no se me olvidan.

Obedecía aunque su madre no le viera. Y con apenas siete años recién cumplidos ya demuestra mucha más madurez que muchos que parecen adultos. Desde muy chicos hay que enseñarles a cuidar las cosas que usan, sabiendo siempre que son un medio y no un fin, pero para que los medios sean eficacez hay que cuidarlos con esmero.

Comentarios

  1. Bien por el niño. Responsable y obediente
    Bien por la madre. Por su forma de hacer entender con detalles que tienen importancia.
    Bien por el profesor. Por preocuparse por el niño y preguntarle porqué no jugaba

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